domingo, 1 de agosto de 2010

Entre salinas y mariscadores


Publicado en: Información / San Fernando / Autor: José F. Cabeza

Esta misma semana en San Fernando se han visto las dos caras de la misma moneda, unos que despegan y otros que lo intentan pero que no les dejan. En efecto, toca hablar del inmenso futuro que se le presume por delante a la Salina de San Vicente -se lo ha ganado a pulso la familia Ruiz-, y el futuro incierto que por el momento rodea al proyecto de la Asociación de Mariscadores Virgen del Carmen, que lleva más de un año peleando por hacer una nave que en cuatro años generaría dos centenares de puestos de trabajo y que por el momento sigue instalada en la incertidumbre.

San Vicente está marcando el ritmo, y de que manera, para recuperar la tradición salinera de la Bahía y que tanto dio a esta tierra. El enemigo lo tiene en casa con la normativa española que les impide comercializar sus productos en territorio nacional, mientras que los países vecinos de la Unión Europea, gracias a sus legislaciones nacionales, campan a sus anchas por España. En ello se está trabajando y se espera que en los próximos meses se le dé la vuelta a la tortilla. Pero mientras esto llega, la histórica salina isleña va por delante del resto y este toro no le cogerá dormida. Tiempo al tiempo.

En el otro extremo se encuentran los mariscadores con su infatigable presidente José Marín a la cabeza, al que le tiene que doler mucho la cara de los portazos que se está llevando cada vez que llama a una u otra administración.

Muchos pensarán que su iniciativa y la de sus asociados puede sonar al sueño de unos locos, pero visto como está el panorama laboral, y aún más en La Isla, todo lo que sean propuestas y sumar, bienvenidas sean. Es por ello que las fuerzas políticas isleñas y las de fuera no pueden enfrascarse en una lucha encarnizada por ponerse las medallas sobre el proyecto marisquero. Aquí deben de ir todos a una y, llegado el momento, que a cada uno le pegue la palmadita en la espalda quien considere oportuno. Y es que no cabe la menor duda que dotar de un equipamiento a los mariscadores isleños, y a los de la Bahía en general, supondría eliminar de un plumazo esa situación de furtivismo en la que viven constantemente la gran mayoría de ellos, que tienen que estar constantemente mirando hacía atrás mientras desarrollan su labor por si viene la Benemérita.

Y llegados a este punto, toca recordar esa máxima que durante los últimos años ha pregonado el alcalde isleño, Manuel María de Bernardo, sobre su idea de que San Fernando, por sus condiciones insulares, no tiene más remedio que mirar al mar para buscar un resquicio y levantar cabeza. Se refería a la puesta en marcha de varios puertos deportivos -dos de los cuatro previstos ya están en marcha-, pero quizás tiene ahora la oportunidad de girar la cabeza hacia un lado y ver que también hay otras alternativas para buscar generación de empleo y riqueza en La Isla y éstas pasan por la industria salinera que propone San Vicente y por la explotación marisquera que pretende Virgen del Carmen.

Volviendo al proyecto de la nave de los mariscadores, la aprobación en el último Pleno de su construcción por medio de una modificación de crédito no ha sentado demasiado bien a Marín y compañía, que prefería que se hiciese con los fondos del Proteja, pero ahora mismo es el clavo ardiendo al que se tienen que coger, puesto que más que nunca parece que todo tiene visos de solución. Ahora toca la parte administrativa y confiar en que el equipo de gobierno, con la Gerencia de Urbanismo a la cabeza, no demore en demasía los plazos para su construcción, ya que los mariscadores se podrían tirar otro año blanco y los ánimos ya están bastante caldeados.
Lo dicho, todo apunta a que La Isla va a tener que volver a sus orígenes ante las pocas o escasas posibilidades laborales que en estos momentos ofrece la ciudad, ahogada por el Parque Natural y los terrenos militares, y confiar en dos sectores tradicionales como son el salinero y el marisquero para, al menos, paliar en parte la larga lista de desempleo que en los últimos años viene soportando San Fernando. Los primeros pasos, algunos de ellos muy avanzados, ya se han dado, pero la patata está ahora en manos de las fuerzas que nos gobiernan, que más que nunca deben de estar del lado del que les está ofreciendo la posibilidad de buscar alternativas, y más ahora donde España no termina de repuntar y no se atisba el fin de la crisis.

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